La huelga que estalló en la planta de Audi en Puebla ha enviado ondas de choque a la industria automotriz mexicana, que representa casi el 4 % del PIB nacional y el 20,5 % del PIB manufacturero, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
El conflicto, iniciado por el Sautam y el Sitaudi, se centra en la insatisfacción con la propuesta salarial de la empresa, generando una parálisis que afecta la producción diaria de más de 700 vehículos.
Este enfrentamiento laboral, enmarcado en las reformas posibilitadas por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), vigente desde 2020, destaca la nueva dinámica sindical en el país.
Mientras el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador aboga por el diálogo y la conciliación, la confrontación en Audi evidencia los desafíos que enfrenta la estabilidad laboral en un sector crucial para la economía mexicana.
