En el PRI de San Luis Potosí no hay jóvenes, puros “cabecitas blancas”

El club de “cabecitas blancas” son priistas que tuvieron mucho poder hace 30 años y que, siguen repartiéndose los pocos puestos que les quedan para incidir en la vida política de San Luis Potosí.

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En el PRI de San Luis Potosí no hay jóvenes, puros “cabecitas blancas”

En el PRI de San Luis Potosí no hay jóvenes, no hay nuevos cuadros.

Actualmente este partido es un club de “cabecitas blancas” integrando por personas que tuvieron mucho poder hace 30 años y que, senectos, capaces o no, siguen repartiéndose los pocos puestos de poder que les quedan.

Con el ego insuflado se fue el “cabecita blanca” de Fernando Chávez y llegó a la secretaría general del ayuntamiento capitalino el “cabecita blanca” de Jorge Daniel Hernández Delgadillo.

¿Qué está pasando en los nuevos cuadros del priismo estatal? ¿Están dormidos? ¿Por qué no reclaman los espacios que merecen para rescatar al PRI de ese pulpo avejentado y abusivo que patalea, impidiendo pasar a las nuevas generaciones?

Enrique Galindo otro “cabecita blanca” del priismo sigue arropándose de esos tentáculos de un pulpo que perdió temeridad, poder y que desprecia el talento, las nuevas ideas y el ímpetu de jóvenes priistas profesionistas que, como a Cristiano Ronaldo, están dejando como suplentes en vez de lanzarlos a la cancha a defender y rescatar lo que queda del PRI local.

Por cierto, fue otro “cabecita blanca”, el entrenador Fernando Santos, quien tomó la decisión (errónea para cientos de miles de seguidores de la escuadra portuguesa) de tener en la banca a la estrella del futbol en ese encuentro con el equipo marroquí, en el mundial de Qatar.

Y no es que la tercera edad no sea capaz de brindar experiencia a un proyecto político, empresarial o deportivo, no, lo que sucede en el PRI es que las “cabecitas blancas” de Horacio Sánchez Unzueta y el tristemente célebre de Juan Manuel Carreras aún creen que pueden mandar e incidir en la vida política de San Luis Potosí y siguen imponiendo a sus colegas de la tercera edad en puestos públicos que requieren juventud, fuerza y tiempo completo, pero sobre todo, empatía por las y los potosinos, y ninguno de los “cabecitas blancas” que hemos mencionado aquí la tuvieron o la tendrán.

Ellos viven (aún) por el poder bruto, por el control, por la ambición.

Todas las “cabecitas blancas”, otrora poderosos personajes del poder, andan escabulléndose en distintos espacios como la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde el integrante de este club, Federico Garza, utiliza su puesto como secretario general de la UASLP para convertir la institución universitaria en refugio de la oposición desde donde tratarán otra vez “de conquistar al mundo”, en un albergue tricolor de adultos mayores que, a pesar de tener el mundo a sus pies durante décadas no fueron capaces de invertir lo que se embolsaron en un proyecto de vida digno que les permita ganársela como el resto de las familias potosinas.

Y en otra afrenta a la juventud priista adormilada y permisiva, Galindo “cabecita blanca” Ceballos pone a su contemporáneo Martín “Just For Men” Juárez Córdovafmar en la secretaría de Desarrollo Social, como si su paso por la presidencia del PRI, por el CONAFE y otra decena puestos más haya sido admirable.

Quizás la juventud priista, dormida, sometida y esclavizada por el “cabecita blanca” Elías Pesina Rodríguez sabe que el mayor enemigo de ese club no es el gallardismo, sino el tiempo. Quizás sólo están esperando…

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